Las dietas milagro causan estragos en la población más joven

dieta milagro

Cuando llegamos a la etapa de la adolescencia, se producen multitud de cambios en el organismo a nivel fisiológico y psicológico que pueden llevarnos a modificar, los hábitos alimenticios que habíamos mantenido hasta ese momento.

Sin embargo, esta es la etapa más importante para adquirir una buena educación nutricional, ya que hasta este momento era nuestro entorno familiar el que se encargaba de nuestra alimentación y a partir de ese momento seremos nosotros mismos los que tenemos que elegir cómo queremos alimentarnos.

Aprender a comer desde edades tempranas…

Sin duda, las rutinas familiares seguidas hasta el momento tendrán una gran influencia en nuestra dieta, pero embargo también existen otra serie de factores que incidirán en la misma:

El mayor poder adquisitivo e independencia que se puede tener en esta época, hace que abusemos de comer fuera de casa y particularmente de la fast food, productos industriales, bollería, snacks…etc. Pensemos que a la edad de 18 años, muchos jóvenes abandonan el hogar para realizar sus estudios fuera de su domicilio habitual. Es entonces un momento decisivo.

Las influencias externas de los grupos de personas con las que nos relacionemos también tendrán un papel importante en nuestra dieta. Pensemos que esta es la etapa por excelencia donde las opiniones de los demás, la apariencia física y las ganas de experimentar son más fuertes que nunca.

El consumo de alcohol y tabaco que también suele comenzar en este momento de la vida, y modificará sin duda el aporte de macro y micronutrientes que recibe nuestro cuerpo, incrementando los azúcares de absorción rápida y el grado de toxinas.

Por todos estos factores y algunos más, podemos llegar a caer en hábitos poco saludables que si se mantienen en el tiempo, pueden derivar en patologías más serias como obesidad juvenil, anorexia, bulimia…etc.

No olvidemos que las pautas de alimentación que adquirimos en edades tempranas es extenderán a la vida adulta.

Las Dietas Milagro, un caramelo tóxico para los Jóvenes…

En las últimas décadas se han puesto de moda multitud de dietas milagro que prometen perder peso de forma muy rápida y sin apenas esfuerzo. Por supuesto, suelen esconder una gran mentira, ya que la forma de perder peso se basa principalmente en agua y masa muscular, elementos imprescindibles para mantener una buena salud en el organismo.

Sin embargo, y aprovechándose de la vulnerabilidad de la gente a esa edad, incitan a un gran número de jóvenes a seguirlas sin ningún tipo de control profesional con el peligro que esto conlleva.

El Ayuno Intermitente, una buena opción para esta etapa…

Y como de educación nutricional se trata, el Ayuno Intermitente puede ser una correcta alternativa para aprender a programar unas franjas horarias de comidas y reposo de alimentos. Esto es básicamente lo que plantea esta forma de ayuno.

No se trata de dejar de comer, prohibir alimentos o hacer 6 comidas al día, sino de ir poco a poco introduciendo una serie de rutinas que incluyan alimentos saludables y nutritivos, pero también dejando espacio para esos pequeños caprichos, y fomentando desde el principio la práctica de ejercicio físico como base de un buen estado de salud.

Cuando somos jóvenes, el gasto de energía suele superar con creces al de cualquier otra etapa de la vida, y además nos gustaría que el día tuviese 48 horas en lugar de 24. Por ello, intentar seguir dietas que te obligan a pesar alimentos, comer muchas veces al día o contar calorías, suele resultar en un auténtico fracaso.

Sin embargo con el Ayuno Intermitente, cada uno elige la franja horaria del día que más le conviene tanto para alimentarse como ayunar. Por otra parte, si en algún momento nos apetece comer “fast food” o lo que se denomina “comida basura”, tampoco pasaría absolutamente nada, siempre y cuando lo hagamos dentro de nuestro horario de alimentación y no se convierta en algo habitual.

Descubre los beneficios que puede aportarte el ayuno intermitente en esta etapa de tu vida aprendiendo a comer y a vivir.